sábado, 25 de septiembre de 2010

juegos de lenguaje.


Sacate la ropa, hacelo despacio, dejame mirarte.
Cada vez que te miro pienso en lo mucho que me gustaría quedarme acá para siempre, perderme en tus tetas. Nadar en el mar lechoso de tus tetitas blancas, para siempre.
Que lastima que las mujeres griten tanto. Siempre gritan, se ponen demandantes, caprichosas, quieren que las escuhen, que las entiendan, que las consuelen, generalmente por una angustia que ni siquieran saben, quieren que adivinemos su agustia, que le pongamos un nombre, que se la enseñemos y luego que las consolemos por ese sufrimiento del que ni siquiera saben.
Quedate quieta, correte el pelo de la cara, dejame mirarte.
Me gusta que tiembles, me gusta recorrer tu cuerpo, reconocer tu ansiedad, me gusta saber qué es lo que estas esperando.
Que lastima que no te entiendo. Vos pensas que si, me ves parecida y pensas que si, pero no te entiendo. Evidentemente no hablamos el mismo idioma, pero no me importa. Me gusta tanto verte temblar, me gusta tanto perderme en el mar lechoso de tu cuerpo desnudo.
Te pellizco despacio, te muerdo un poco, te hago cosquillas, te hago reir, te consuelo por lo que sea que te este angustiando ahora. Y hacemos de cuenta que estamos jugando al mismo juego, hacemos de cuenta que conocemos las reglas.
Ponele el nombre que quieras, a mi no me importa.

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