sábado, 11 de diciembre de 2010

realismo (a dos voces).

Mi nenita está agotada, se la nota muy cansada, con respiraciones profundas, el pelo algo revuelto, quiere dormir, lo se, quiere dejarse vencer por el sueño. Pero estoy despabilada y algo aburrida, no quiero que se duerma, quiero que esté ahí para mí. Le acaricio despacio las piernas peludas, le subo un poco la pollera, que le deje puesta todo el tiempo, le rozo como quien no quiere la cosa su agotadísima pija que, ahora, es más que nada un poema de amor.
Quiere dormirse, lo se, pero no voy a dejarla. Todos los movimientos son suaves pero cuando la veo irse le hablo y la hago reír, me mira con los ojos semi abiertos, quiere dormir, pobrecita no voy a dejarla, yo no tengo sueño así que tampoco ella se va a dormir. Le pido que me cuente una historia, quiero escucharla hablar con su voz suavecita, esa voz que se va perdiendo cuando uno quiere dormir.
Ella es tímida para arrancar, le cuesta arrancar, pero cuando se larga no la frena nadie, solo hay que saber preguntar, como a todos, entonces le pregunto, quiero escucharle la voz suavecita: “hiciste alguna vez un trio?” Abre los ojitos cansados, ahora tienen esa luz que se pone en los ojos cuando se recuerda algo lindo. Sonríe y arranca.
Me cuenta la historia más excitante que le escuche hasta ahora, siempre con la voz suavecita, siempre con los ojos entre abiertos, pero cuando me mira, cuando hace como si nada mientras le toco el pelo intentando arreglárselo, veo en sus ojos ese brillo de fantasía y recuerdo que me gusta tanto. Me atrapa enseguida con el relato, me enciende y se muy bien que cuando lo termine, voy a volver a atacarla. Lo se y ella también lo sabe. Tal vez por eso hace tan larga la historia, le pone tanto detalle, porque mi nenita es tímida, si, pero no tiene un pelo de tonta, quiere jugar también conmigo, quiere hacerme esperar, y yo la dejo, no la interrumpo mientras me cuenta, ya habrá tiempo.

“viaje por el sur, había armado grupo en el micro en bs as, fuimos por distintos lugares, llegamos a Bariloche y fuimos a bailar todos juntos. El lugar: tres pistas, tres pisos, se llama o se llamaba CLANDESTINO, pista de arriba: rockn and roll, abajo latino con recitales y todo, abajo (un sótano) una luz roja un pequeño escenario y música muy sensual. Quedaba cerca del baño, era una tentación, mientras esperaban para ir al baño pispeaban. Yo vi el lugar y ni mee, me metí. Había tres sillones, me senté en uno. Los que vinieron conmigo me miraban espantados, no sabia porque ni me importaba. Me tome una cerveza grande de litro en vaso, cuando se acabo cerré los ojos y tenia otra. Magia? No, una rubia, 35 años. Se me sienta al lado, me rio y le digo gracias. En el sótano había unas 20 personas y 5 mirando afuera. Abro los ojos  y la veo a la rubia de nuevo, solo que esta vez besando a una morocha de pelo corto, su pareja. A lado un pibe de 18 añitos, semidormido, muy drogado. Al lado de él un pibe morochito vestido de nena, sin tetitas nada, hablando con un oso. Miré para atrás y bailaban todos, se cojian con las piernas, con los ojos, se penetraban todos con las miradas.
Había un pequeño escenario, y las dos chicas empiezan a bailar y besarse ahí, se amaban, lo se. Yo, estaba feliz, no la tenía parada, era feliz.
Cuando termino el tema, viene la rubia se me sienta y me pide cerveza, mete su mano en mi pierna y me dice “hola”, solo eso. Le convido su cerveza y se me sube en las piernas. Mire a su dama, me miró fijo, nunca sentí el celo de una mujer sobre otra así jamás, me quemaba. Entonces le dije al oído “o viene ella o te vas”. La llamó, ella se negaba con la cabeza (para reafirmarse le mordió el culo al travita que estaba regateándole al oso unos dolares por un pete). Entonces ella me dice “ahora viene”. Mete su mano entre mis piernas y me dice  algo así como “quiero pija de carne” No se. Entonces sentada en mis piernas, su mano en mi pija semi erecta,  me dice “a esa puta le gusta esto” y me empieza a besar, nos besamos mucho, pareció mucho. Sentí voces, festejos, música, gente que se acercaba, vibraciones y una presencia, parada estaba la pareja, mirándonos, pero su mirada era otra, lasciva. La espié, entonces le saco la boca a la rubia  y le digo a la otra “veni”, se acercó y ella la beso, un hermoso beso y después nos besamos los tres.
Al rededor todo era una gran fiesta, el travita había desaparecido con el oso, el pibito dormía y el resto, yo sentí, que se penetraban como antes, pero estaban celosos.
Empezó un cuarteto de Rodrigo, estaba de moda y a la pista los tres, ya en el escenario chiquito ese, bailo con las dos, las beso, nos apoyamos, nos tocamos, éramos uno sentía. Después de bailar un buen rato, todos transpirados, la rubia quiere ir al baño y me agarra de la mano. Eran unos baños con puertas como las del lejano oeste, esas que son de madera y se abren de a dos. Hacemos poca cola y entra, yo me quedo afuera, me dice “veni boludo”, me mete adentro, era de dos por dos. Se baja los jeans, hermoso vello púbico, se agacha sin tocar el inodoro y mea adentro, yo miraba, fascinado. Termina  de mear, yo creo que sacudió la concha pero no me acuerdo y me agarra la mano, la mete en su boca y con su mano me desabrocha el pantalón se corre, me hace pasar se pone en  mi espalda, yo mirando el inodoro, me la saca y me dice “mea”. Primero mee la pared, estaba parada, nos reímos, pero ella quería sentir el chorro borbotear, sentir la pija moviéndose, la acomoda bajándola y meo, me agarra la mano mojada por su boca antes y se la mete en la concha, yo de espaldas meando. Dejo de mear, me la sacudo y ella me la suelta. Cuando meas siempre se baja, siempre, será por eso que cuando voy a darme vuelta para besarla, se agacha, me baja mas los jeans y el boxer y me abre la cola, mete su lengua y al toque se me para (no me beso mucho, pero fue mi primer beso húmedo, bien negro). Me da vuelta, la agarra firme, la mira, me mira y me dice “que envidia te tengo” y me la empieza a chupar. Empiezan a golpear la puerta “que se mean” “que dale” “que apurense”, nos reimos, nos subimos todo, y salimos juntos. Volvimos al sillón, estaban todos de nuevo, la pareja, el travita, el oso (mas relajado), y el pibito dormido totalmente. Nos fuimos todos en el auto del oso a la casa de la pareja de la rubia, ella era puta, trabajaba de eso.
Cuando llegamos, entramos a un cuarto, la rubia, su pareja y el pibe que estaba muerto, lo tiraron en la cama, le decian cosas dulces al oido, lo acariciaban las dos. Le decían “a dormir bebe” y lo dejaron en bolas en el costado de la cama, boca abajo, era un bebe, lampiño. La morocha me preguntó si me gustaba cuando me vio mirarlo, yo le dije algo que me salio del alma "me da piedad", ella se enterneció ahí, lo se, lo presentí y además me dio un beso en la boca. Entonces me empiezan a besar, las dos, una desnuda la otra vestida. La morocha jamás me toco el pito. Me besaba y a ella y los tres, pero le atraía ella, cuando la rubia se subió arriba mió ella le chupaba la cola a ella pero a mi los huevo no ni el culo nada. Me acariciaba las piernas, pero era con ella, había amor ahí. La rubia me monto, acabamos y después me la chupo, acabé otra vez, nos besamos los tres con mi leche y me dijeron, “sentate ahí” se besaron los cuerpos como nunca y el muertito solo recibía dedos en su culito, se lo metía una, se miraban y se reían. El pibe se movía como si fueran moscas, pero nada, le podrían haber metido un cargamento de pijas y nada. Ellas acabaron, y me dijeron “veni acostate” me puse a la izquierda de la rubia, la rubia al medio,  la morocha derecha y el muertito casi al borde a la derecha. Después de un rato, entró el trava en bolas y me dijo “te abro?” me vestí y me fui.

Me encanta escucharla, me gusta verla así, cansada y contándome una historia a la que le sobran detalles.
Sólo ella, mi nenita/hombre es capaz de contarme un relato protagonizado por putas, travas, osos y drogoncitos, destacando el amor de las miradas, la belleza del momento, la ternura que le despertó un culo lampiño. 
La escucho atentamente, tengo la certeza que no me equivoque con ella.

1 comentario:

Anónimo dijo...

belleza