miércoles, 1 de diciembre de 2010

oda a (mi) Esperanza.

Esperanza siempre fue una mujer de esas que las malas lenguas llaman "chica fácil", pero Esperanza no es ni chica ni fácil. Es una extraña conjunción de voladaditos y cadenas, cuando no está planchando los volados, arrastra o golpea las cadenas. 
Esperanza siempre tuvo las tetitas chicas y siempre hizo de todo para que se noten. Ella usa musculosas ajustadas en invierno y no teme mostrar sus timbresitos porque es la mejor manera que encontró para demostrarle al mundo que es una mujer completa. 
Casi todas sus frases comienzan con un "mira, yo te voy a explicar..." y por lo general las termina con un "entendes?" pregunta que no es retórica, sino que busca con sinceridad una respuesta. Porque ella, no habla sino que explica todo el tiempo y quiere asegurarse que la están siguiendo. 
Nunca conocí una mujer tan segura y decidida como ella, una mujer con la mirada tan oscura y la sonrisa más bien clara, llena de burla, eso si, a los kilómetros de pasado que tiene encima. 
Siempre me hace reír porque pelea todo el tiempo, cualquier tópico de la conversación más cotidiana se convierte para Esperanza en un ring donde dar pelea. Saca de la manga argumentos de los más insólitos y si no la gana la empata pero nunca se queda callada. 
Muchas veces quise conquistarla, no lo voy a negar ahora, pero ella sabe muy bien qué es lo que quiere y no la convencen los suplementos o similares. Ella entendió hace rato esto de la carne. 
Así y todo, Esperanza me sigue el juego y me quiere como pocas. Me saca de a bocados las angustias del momento y me deja con la panza llena de alguna interpretación apocalíptica del mundo (donde de seguro ya tiene algún plan para salvarnos) o de pura curiosidad y simpleza. 
El otro día, por ejemplo, mientras me enseñaba a hacer ñoquis y acompañaba cada uno de los rulitos de masa con un "así, ves?" hablamos abiertamente de prácticas sado-masoquistas. Ella me hacía preguntas con el ceño fruncido de querer entender y yo me mataba de risa cuando le salió decirme con cierto asombro "mira, yo te voy a explicar, el jengibre es una raíz que genera calor y sirve para curar resfrios, pero si me decís que también sirve para el culo voy a tener que comprar más, entendes?" 
Esperanza es de esas mujeres que cualquiera quiere tener para siempre en su cama, pero ella es jodida y no la comparte por más de un ratito con nadie. 
Yo, la verdad, me conformo y soy feliz simplemente con que me comparta de a ratos el don que tiene de explicar casi todo y sacar sonrisas de esos ojos oscuros. 


1 comentario:

Anónimo dijo...

cuando te pones a describir minas sos absolutamente insuperable...me matas.. leer relatos ironicos es algo corriente pero ironia , mezclada con amor es cosa seria. E.N.